Verano de 1984. El entonces Concejal de Deportes, Manuel Cosgaya, está un tanto preocupado. Todo tiene que funcionar para que el Maratón sea un éxito, las instalaciones deportivas municipales son las que son y hay que adaptarse a ellas. El entonces equipo de Gobierno Municipal ha aceptado el envite, el empuje de la propia sociedad, capaz de organizar su propia competición deportiva. Ya se han realizado los ajustes técnicos para celebrar un acontecimiento de esta magnitud. La apuesta, al menos impone respeto.
Mayo de 2011. Han pasado 27 años desde que Leandro Martín puso a punto la instalación eléctrica para que se pudiera jugar por la noche, desde que un grupo de personas de diversos ámbitos, ideas y profesiones, apoyados por una empresa privada, organizaran la competición deportiva de Aranjuez de mayor calado social.
Han pasado dos décadas desde que Daniel Heredero, que por aquel entonces apenas tenía diez años, miraba admirado a Pepín, a Sánchez Martín, a Michel a todos los ídolos que de posar en los posters de encima de su cama pasaron a ser carne y hueso en esta gran fiesta que es el Maratón. O la Maratón porque basta decir una única palabra (Maratón) para referirse a este híbrido entre la competición deportiva, la convivencia, la perseverancia, la fidelidad, el dinamismo, el trabajo, la ilusión y el espectáculo.
Por aquel entonces...
Han pasado 27 años desde que todo empezó. Y no fue fácil, desde luego que no, ofrecer a inicios de los años 80 una alternativa a la juventud. “Eran otros tiempos, la sociedad vivía otro momento diferente al actual, la heroína azotaba a la juventud y organizar el Maratón era también ofrecer una alternativa a todos esos problemas sociales. Una alternativa basada en el deporte y la vida sana”, cuenta Félix Rodríguez, uno de los pioneros de esta competición. “Éramos un grupo de amigos unidos por la amistad y el fútbol”, dice Félix mientras recuerda como a los 39 años pudo ser campeón del Maratón, “Era un chaval”, comenta en un ambiente jovial que impera en esta reunión de veteranos en el que todos parecen mirarse diciendo que fue ayer. Aunque está claro que no es así.
No hay que más que escuchar a Ángel Heredero, “organizamos el Maratón con la ayuda de lo que en esos momentos eran nuestras novias, éramos solteros y yo tenía el pelo por aquí”, comenta mientras se lleva el dedo a los hombros. Para Ángel, la voz siempre autocrítica, la constante preocupación por mejorar la competición, “el Maratón es una forma de relación social”.
E incluso relación familiar, como apunta Lazaro Lindo: “en mi equipo jugábamos toda la familia, padres e hijos, hermanos, …, el Maratón es una fiesta, una especie de fiestas del pueblo del fútbol sala, el broche de oro a la temporada.”
No sólo fútbol...
Si embargo, esto del Maratón no es sólo fútbol, como apunta Amalio Ángel, una persona muy vinculada al balonmano de nuestra localidad, quien ha sidode todo en el maratón, entrenador, espectador y jugador. Su empeño por mejorar la fiesta es tal que aprovecha la entrevista para proponer un nuevo torneo, el Maratón de veteranos.
Aunque si hay alguien ajeno al fútbol en la organización es Juan Antonio Martínez, del departamento médico, quien ante un ambiente eminentemente futbolero comienza su intervención diciendo “no he jugado al fútbol, no me gusta el fútbol pero llevo desde el primer maratón por amistad”. Juan Antonio cuenta que ha masajeado a medio Aranjuez en esta competición. “Estuve yo solo 15 años 36 horas seguidas atendiendo a los jugadores del maratón”, asegura al tiempo que modestamente le resta importancia a su labor diciendo “cuando comienza el maratón se viene a ver a los amigos”. Aunque en estos años “ha cambiado mucho la preparación de los jugadores y sus conocimientos sobre la educación física” comenta.
Y es que ni lo jugadores, ni el público, ni las instalaciones son las mismas ahora. Dice Antonio Merino que “no se pueden comparar las instalaciones municipales de las que se disponía cuando comenzó el Maratón”. Un tema muy discutido siempre en el seno de la organización en que algunos opinan que el Maratón no sería lo mismo si no se jugara en canchas de tan desigual calidad y del que otros creen que si las instalaciones fueran mejores tendríamos un Maratón aún mejor.
Pero el Maratón es y ha sido siempre así, como lo es en el fútbol la labor de los árbitros de quien “se exige estar al más alto nivel cuando el nivel de competitividad es mayor”, dice Merino, defensor de su gremio al igual que Carlos Ángel Jiménez, para quien existen en nuestro Maratón tres niveles de competitividad: los equipos que vienen a disfrutar de unos cuantos partidos, los equipos de las ligas locales y los equipos con grandes fichajes. Aunque claro no habría competición si no existieran los árbitros: “Un partido existe cuando hay un árbitro”, asegura. Un elemento tan imprescindible como el de los jugadores: altos, bajos, derechos, zurdos, porteros, cierres, delanteros, temperamentales, tranquilos, malos, regulares, buenos y excepcionales a los que da gusto ver jugar, como es el caso de Rufino Martínez y Manolo Alonso, un par de “Zidanes” con los que ha contado esta competición. Dice Rufino, ganador junto a Manolo de tres maratones, que en aquella época “nos gusta dejar todo por un rato y venir a jugar al fútbol, hablar de fútbol”, en definitiva
vivir el fútbol. Para ellos “esta era la cita más importante del año, la mayor ilusión”.
Ellos recuerdan los maratones que ganaron el (2º,4º y 7º) como recuerda Paco Cavero como se vivía antes el Maratón, sin dormir, como ha organizado uno y otro equipo año tras año. Paco es de los que vive el fútbol sala, cuenta las pequeñas historias del maratón con ilusión y hasta es capaz de sacar una foto de su bolsillo de las glorias históricas del maratón, del fútbol sala de Aranjuez. Al mismo tiempo se pregunta “¿Cuántos Maratones ha parido este Maratón?”
Mujeres al poder...
Y es que esta idea fue pionera en su idea, se hacía cualquier cosa por jugar, “se pintaban las rayas, las redes, el primer año me traje unos focos del taller, lo importante era jugar”, cuenta Leandro Martín, una de las personas que reconoce que al principio “nos ayudaron mucho nuestras mujeres”. Porque en esto del maratón las mujeres han contribuido desde el principio. Hay quien recuerda a Conchi e Isabel Martos a Teresa Tabernilla ayudando a recoger la documentación de los equipos, preparando las bolsas de la equipación llevando y recogiendo las actas de las mesas. Hasta, Nerea, la última en apuntarse al carro casi de forma accidental que parece no salir de su continua sorpresa cuando ve como la gente vibra con esto del Maratón. Y es que desde las lágrimas de Daniel Heredero porque era muy pequeño y no le dejaban jugar hasta la alegría del último equipo ganador ha pasado mucho tiempo, muchas horas de ilusión y esfuerzo.
Dice Pepe Vaquero, todo un veterano del periodismo local, que “la ilusión ha sido la constante desde el primer maratón”, la ilusión de lo que denomina un “espectáculo”. El espectáculo en el que “lo más difícil es hacerlo fácil”, como cuenta con voz pausada Toni Sánchez Martín, un ex jugador de fútbol profesional que militó en el Alavés. Él asegura que “el maratón es más grande porque no lo maneja la administración” y que antes se vivía más intensamente eran “veinticuatro equipos y la gente no se iba a casa”. Aunque Sánchez Martín no ha sido el único deportista profesional que ha estado relacionado siempre con el Maratón, también Casimiro Moreda quien cuenta que el objetivo y lo que aporta el maratón a la sociedad puede ser perfectamente animar a que “la gente joven haga deporte”.
Aunque animar en el más amplio sentido de la palabra, el que anima realmente el Maratón es Lorenzo Martos, la perseverancia, la energía, la fidelidad, el esfuerzo, el arrojo, el que ha sido capaz de unir durante muchos años a gentes de diferentes ámbitos en un proyecto común, lo que es en definitiva el Maratón de Fútbol Sala Nomavisión Tien 21.
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